By EL NUEVO DÍA | PUERTO RICO
06 DE MARZO DE 2017
Mucho es lo que se habla del Alzheimer y poco sobre los
estudios que se realizan en la Isla con el objetivo de detener o disminuir el
progreso de esa enfermedad. Sin embargo, son varias las investigaciones en
curso y la más reciente de ellas está reclutando voluntarios.
Se trata del estudio Amaranth, el cual probará un
medicamento que ataca el Alzheimer en su fase más temprana, pues evita que se
formen las placas de la proteína amiloide que se deposita en el cerebro y
destruye las neuronas. Es el estudio de una farmacéutica, que también se está
haciendo a nivel de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), explica la
geriatra e investigadora Ivonne Jiménez Velázquez, quien dirigirá la
iniciativa.
“El estudio pretende estudiar un grupo de 2,200 personas en
distintas partes del mundo, incluyendo Europa, Asia, Australia, Estados Unidos
y Argentina. En cada lugar se escogen de 10 a 25 participantes”, indica la
también directora del Centro de Investigación en Geriatría del Recinto de
Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Las personas interesadas serán sometidas a estudios médicos
para determinar si cualifican y, una vez aceptadas, deberán tomar una cápsula
diaria del medicamento en prueba por un período de dos años. Jiménez explicó
que el medicamento que se utilizará ya está en su fase tres de desarrollo, lo
que significa que “ya ha pasado las pruebas de seguridad de la Administración
de Drogas y Alimentos (FDA), y se han hecho otros estudios con este medicamento
y se ha probado que son bastante efectivos”.
Para participar en el estudio, las personas deben tener
entre 55 y 85 años de edad, contar con un diagnóstico de enfermedad de
Alzheimer en etapa temprana o deterioro cognoscitivo leve (MCI) y haber tenido
un cambio gradual y progresivo en la memoria por más de seis meses (que será
evaluado para determinar si es Alzheimer). Además, debe tener un pariente,
amigo o cuidador que lo pueda acompañar a lo largo del estudio.
Jiménez advierte que, cuando se habla de pérdida de memoria,
no se trata del olvido pasajero de una palabra o nombre que ocurre
frecuentemente según avanza la edad. Se trata del olvido de datos relevantes,
especialmente recientes, que no se recuerdan más, de conversaciones repetitivas
y de posibles momentos de desorientación en lugares conocidos. “Un diagnóstico
temprano ayuda a comenzar tratamiento y a prepararse para el futuro”, sostiene
la investigadora.
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