1. Introducción
El fenómeno del envejecimiento de la población es una cuestión a la que
nos podemos referir como el espíritu del tiempo: todos nosotros pensamos
en los beneficios de la longevidad y tenemos opiniones sobre cómo
afrontar de la mejor manera posible el desafío de una vida más larga. Mi
punto de vista sobre esta cuestión, como podréis observar leyendo este
informe, reviste un tono muy optimista. El envejecimiento de la población
debe ser considerado como un logro de nuestras sociedades y no como
un gran desastre a punto de suceder.
En el presente documento, describiré el tema del envejecimiento de la
población y sus posibles implicaciones. Después continuaré discurriendo
sobre las políticas públicas requeridas para afrontar los retos derivados
del envejecimiento. Me centraré principalmente en como afrontar este
reto por parte de Europa como región, y en cómo los países individuales
al igual que la Union Europea y UNECE podrían dirigir estrategias para
tratar estos desafíos y encontrar soluciones políticas que permitiesen
afrontar dichos retos. Los siguientes mensajes podrían resumir el contenido
de este documento:
• El envejecimiento de la población podría considerarse un peligro o
podría ofrecer nuevas oportunidades para la sociedad, dependiendo
de cómo estemos preparados para ello. Es un reto para el que debe
prepararse la sociedad y si se prepara bien y con antelación, esto
realmente podría suponer una oportunidad para desarrollar todavía
más rápidamente y con mayor extensión la cohesión social entre
generaciones. Pero también podría suponer un riesgo si no tomamos
en consideración todos los desafíos que requiere el fenómeno del
envejecimiento de la población.• Otro mensaje a destacar es que no solo se deben reformar las
políticas públicas para que se tomen en consideración las cuestiones
relativas al envejecimiento de la población; de hecho el sector privado,
la sociedad civil y las personas físicas serán todos factores claves en la
adaptación a la nueva situación y en la aportación de innovaciones que
podrían aportar soluciones a este reto que nuestras sociedades están
afrontando.
El esquema del presente documento sobre políticas es el siguiente: en
primer lugar describiré lo que entendemos por fenómeno de envejecimiento
de la población en el contexto de países europeos. Después haré
mención a las acciones a adoptar por parte de las políticas públicas, del
sector privado y de la sociedad civil en los principales campos de actuación.
Empezaré por hacer una breve referencia al Plan Internacional de Acción
sobre el Envejecimiento que se encuentra actualmente en progreso.
En abril de 2002, en Madrid, los representantes de una gran cantidad
de Gobiernos se reunieron en la Segunda Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento y adoptaron un Plan Internacional de Acción sobre el Envejecimiento
para dar respuesta a las oportunidades y retos del envejecimiento
poblacional en el siglo XXI. El Plan Internacional de Madrid sobre
Envejecimiento (MIPAA) es un plan de ámbito mundial que realmente
proporciona colaboración internacional entre países, además de ofrecer
recomendaciones coherentes sobre cómo los diferentes países deberían
supervisar su progreso con respecto al envejecimiento de la población.
En el mismo año (septiembre de 2002), La Comisión Económica para
Europa de Naciones Unidas (CEPE) adoptó una Estrategia de Aplicación
Regional (RIS) en la Conferencia Ministerial celebrada en Berlín, diseñada
exclusivamente para la región europea de Naciones Unidas. El primer
ciclo quinquenal de revisión y evaluación del MIPAA en la región europea
ha concluido con la Conferencia Ministerial sonre Envejecimiento
celebrada en León, España, desde el 6 al 8 de noviembre de 2007, y con
su presentación en la cuatrigésimo sexta sesión de la Comisión para el
Desarrollo Social, Nueva York, desde el 6 al 15 de febrero de 2008
¿Cuáles son los principales factores que están provocando el
envejecimiento de las sociedades europeas? Podemos identificar tres
factores obvios:
1. Envejecimiento de la generación del “baby-boom” al superar la edad de
65 años en 2010 y en años siguientes.
2. Fertilidad mucho más baja desde el fenómeno “baby-boom”.
3. Aumento de la esperanza de vida en personas de edad avanzada (factor
crítico que seguramente continuará aumentando).
El factor más fácil de comprender es el referido al envejecimiento de la
generación del “baby-boom”. Las personas de esta generación nacieron
en 1945 y en los 10-20 años posteriores. Y esta es la generación que
empieza a jubilarse a partir del año 2000. De esta manera, habrá un gran
número de personas que se jubilarán en el próximo par de décadas. El
principal problema ha sido que el fenómeno del elevado “baby-boom”
no ha continuado. Realmente hemos observado una tasa de fertilidad
mucho más baja después de este periodo. Esto también puede considerarse
como un logro de nuestras sociedades: la sociedad ofrece muchas
más alternativas a las mujeres y éstas tienen mayor poder de decisión a la
hora de tener hijos, de decidir cuántos van a tener o incluso de no tener
ninguno. Esto refleja un mayor otorgamiento de poder a las mujeres en
la sociedad y es indudablemente un éxito de ésta. Nuestra civilización
también ofrece distintas oportunidades a las mujeres más allá de vivir en
una familia en la que el hombre es quien la sostiene económicamente y
más allá de quedarse en casa cuidando de los hijos. De hecho, las mujeres
pueden esperar obtener mejores oportunidades e igualdad de ellas en el
futuro y de consecuentemente permanencer activas en el mercado laboral.
Esto implica un descenso del número de hijos por mujer o un retraso
de la maternidad a edades más avanzadas.
Pero el fenómeno más exitoso que normalmente asociamos al envejecimiento
de la población es en realidad el aumento de la esperanza de
vida, particularmente en edades avanzadas. Las personas que llegan a la
edad de 60 o 65 años tienen elevadas posibilidades de sobrevivir hasta
mucho más tarde en la vida. Para este propósito presentamos dos gráficos
que nos permiten comparar algunos países europeos y norteamericanos,
además de Japón.
El envejecimiento de la población ha sido un éxito y todos compartimos
la opinión de que este éxito también implica una serie de desafíos que
debemos afrontar, como el tema de las pensiones o los cuidados de largo
duración. Por ejemplo, las pensiones se cobrarán durante un periodo mucho
más largo de jubilación. Además, como tenemos mayor esperanza de
vida y no cada año adicional que vivimos lo hacemos en perfectas condiciones
de salud, podemos prever que se requerirán muchos más recursos
y cuidados a la futura población de gente mayor. Esto no presenta mayor
problema de comprensión, pero lo que normalmente no abordamos
en estos debates es el tema de la cohesión social entre generaciones:
viviremos en una sociedad en la que una de cada tres personas tendrá
más de 65 años, por lo tanto tendremos que encontrar nuevos caminos
para propiciar la interacción entre generaciones. La cohesión social entre
generaciones jóvenes y mayores será una prioridad en las soluciones que
se aporten al desafío del envejecimiento poblacional, pero no se requerirán
solo políticas públicas, también será necesario que la sociedad civil y
los medios de comunicación colaboren en encontrar la cohesión social
intergeneracional. Tenemos que encontrar una manera de seguir apoyando
a las personas mayores pero al mismo tiempo sin considerarlas una
carga para la sociedad.
En cuanto hablamos de pensiones y de cuidados de largo duración, pensamos
en las tasas de dependencia. Este es un indicador muy útil puesto
que muestra el número de personas menores de 65 años como una
proporción de la población en edad laboral activa. Pongamos un ejemplo.
En el típico sistema de pensiones, la población activa aporta dinero
a un fondo y después el dinero de ese fondo se utiliza para pagar a los
pensionistas de ese periodo de tiempo. Por lo tanto, los cambios en la
tasa de dependencia nos indican que en el futuro, habrá menos gente
contribuyento a ese fondo y más gente obteniendo dinero de ese fondo.
En la mayoría de países europeos, la tasa de dependencia ha crecido hasta
el punto de que ahora solo tenemos aproximadamente cinco personas
contribuyendo para un solo pensionista.
En este punto, presento de nuevo algunos resultados referentes a España
y los comparo con Inglaterra, centrándome en el indicador de la tasa
total de dependencia demográfica. La figura 5 muestra la tendencia de la
tasa de dependencia en España y Gran Bretaña. Recientemente, la tasa de
dependencia ha crecido en ambos países, aunque en España está creciendo
a mayor velocidad que en Inglaterra.
¿Cómo prepararse para los retos derivados
del envejecimiento
de la población?
Hemos seleccionado cinco áreas distintas de políticas públicas debido a
su importancia en la preparación al envejecimiento de las sociedades del
futuro:
1. Política de pensiones.
2. Política de salud y cuidados de largo duración.
3. Política de empleo.
4. Política de migración e integración.
5. Desarrollo de infraestructuras.
En un principio abordo los retos asumidos por la política de pensiones. A
continuación retomo el mismo debate para la política de salud y cuidados
de largo duración; seguidamente trataré la política de empleo y de
migración e integración, además del desarrollo de infraestructuras que
requerirán en el futuro las sociedades en proceso de envejecimiento.
La extensión de este documento no nos permitiría profundizar en las
diferentes políticas: mi objetivo aquí es que se tomen en consideración
diferentes cuestiones relativas a cada una de ellas. Esta razón resultará
útil para perfilar de manera genérica la filosofía que los países necesitarán
adoptar para encontrar las políticas adecuadas.
• Las políticas relativas al envejecimiento tendrán que ser realmente
transversales de manera que formen parte de la estrategia general de
lograr que Europa sea una región altamente competitiva y creciente. ¿Y en Venezuela que se hace?
Las políticas deben adoptarse de manera que permitan beneficiarse del
potencial de las personas mayores y hacer que en nuestras sociedades
haya lugar para personas de todas las edades. Además, el concepto de
“envejecimiento activo” tendrá que ser el centro de todas nuestras
futuras estrategias políticas.
• La implicación de los principales agentes, especialmente los del sector
privado y sociedad civil, serán de vital importancia a la hora de adoptar
con éxito una política exhaustiva sobre envejecimiento.
Para nosotros, las personas mayores no son cargas ni partes improductivas
de nuestra sociedad, pero realmente encontramos formas innovadoras
de continuar aprovechando todo el potencial de las personas
mayores.
Continuamos utilizando todas las habilidades y experiencia que han
desarrollado durante sus vidas activas para el progreso de la sociedad. El
envejecimiento activo es otro concepto que ha sido fuertemente promocionado
en Europa y consiste en que mientras envejecemos, seguimos
contribuyendo al bienestar de la sociedad y al nuestro propio. Una
filosofía que tiene que ser adoptada en las futuras políticas es que éstas
deben implicar a todos los agentes de la sociedad. No debería tratarse
simplemente de un reto para las políticas públicas; es un desafío que también
debe afrontarse por parte del sector privado y de la sociedad civil
(incluyendo a la comunidad científica). Las empresas del sector privado y
la sociedad civil tendrán que crear maneras innovadoras de proveer una
sociedad en la que cada vez más la población anciana conviva junto a los
sectores más jóvenes.
Para empezar, las sociedades tendrán que continuar proporcionando
pensiones adecuadas que permitan mantener niveles decentes de vida y
resulta útil resaltar que uno de los principales objetivos de la política de
pensiones ha sido el proporcionar recursos adecuados a los pensionistas.
Si una política de pensiones no lograba ese objetivo, se reformaba y se
buscaban nuevos caminos para proveer recursos destinados a dicha
política de pensiones. Algunos de mis trabajos previos (ver el Resumen
de Políticas, de septiembre de 2006) han mostrado que las recientes
reformas del sistema de pensiones que están teniendo lugar en países
europeos están demasiado preocupados por los balances fiscales. Los
países están preocupados por la porción del PIB destinada a la provisión
de pensiones y por cómo crecerá en el futuro. Para asegurar los balances
fiscales en un futuro, el número de pensionistas suele reducirse en estas
reformas. Los países con este tipo de reformas tendrán que hacer frente
de nuevo a una serie de retos cuando un gran número de personas
mayores corran el riesgo de caer en la pobreza.
Habiendo dicho esto, las sociedades también tienen el reto de proporcionar
pensiones sostenibles económicamente.: los sistemas de pensiones
no deberían ser demasiado generosos, es decir, no tan generosos como
para llegar al punto de no ser sostenibles en el futuro y de no poder
prestar las pensiones prometidas durante la fase contributiva.
Otro reto que la política de pensiones deberá asumir consiste en continuar
a modernizar su funcionamiento de manera que cubran a la mayoría
de los grupos en riesgo de percibir pensiones bajas. Existe la necesidad
de asegurar la titularidad de pensiones a aquellas personas que no se encuentran
completamente cubiertas en los sistemas formales.: por jemplo,
aquellas mujeres que destinan parte del tiempo de su carrera profesional
a cuidar no solo a sus hijos, sino también a sus padres. El sistema de
pensiones tendrá que aportar maneras de considerar a estos grupos que
prestan servicios a la sociedad de manera no cuantificable, de forma que
también estén cubiertos en el sistema de pensiones. Tomaremos el ejemplo
de Suecia, que ha aportado sistemas de provisión de pensiones a las
mujeres que renuncian a una parte del tiempo de su carrera profesional
para cuidar a sus hijos o sus padres.
Otro reto que deberá ser asumido por la política de pensiones del futuro
es asegurar la justicia intergeneracional. Si prometemos mucha generosidad
en las pensiones que percibirá la actual generación de trabajadores,
corremos el reisgo de que las futuras generaciones de trabajadores tengan que soportar la carga de esa generosidad. Además, la política de pensiones
debe ser concebida de forma que sea justa entre generaciones. En
el contexto de España o en el de otros muchos países europeos, puede
que el sector privado tenga que desempeñar un papel importante en la
provisión de pensiones. De hecho, cada vez deberían estar disponibles
más productos financieros que permitan ahorrar y después beneficiarse
de ese ahorro a partir de la jubilación.
3.2 Retos de las políticas de cuidados de largo duración.
Las políticas de cuidados de largo duración asumirán una serie de retos, y
es importante resaltar que existe una incertidumbre considerable acerca
de la naturaleza y alcance de dichos retos. Un aspecto importante con
respecto a la preparación reside en las medidas preventivas: se deberá
fomentar la adopción de estilos de vida que supongan mejoras en la salud
y estado funcional de las personas en la última etapa de su vida. Tenemos
que ser conscientes durante las primeras etapas del curso vital que un
estilo de vida saludable nos proporcionará no solo una vida más larga
sino también un buen estado de salud durante esos años de vida adicionales
que ganaremos. Ese es un desafío que las sociedades como unidad
deben asumir, y nosotros como individuos somos responsables de llevar a
cabo cambios apropiados en nuestra vida diaria.
Con respecto a las provisiones de las políticas públicas y del sector privado,
las sociedades en proceso de envejecimiento tendrán que facilitar
el suministro de mecanismos - tanto formales como informales - de cuidados
para así responder a las necesidades de cuidados de largo duración
de los más mayores. Un punto importante es que las políticas públicas
tendrán que asegurar que las proviones de cuidados informales continúen desempeñando un papel importante en el futuro. Las políticas públicas
necesitan incentivar a los miembros individuales de las familias para que
cuiden de los miembros mayores de la mismas.
También es muy importante la coordinación entre todos los agentes implicados
en la provisión de cuidados asumibles a largo plazo. En este caso,
sería deseable un acercamiento entre los sectores públicos y privados,
y entre las distintas capas del Gobierno para encontrar soluciones que
supongan en el futuro cuidados de largo duración más asumibles y de
mayor calidad. El sector privado siempre ha sido líder en encontrar ideas
innovadoras y éste debería ver un motivo claro para aportar innovaciones
en la satisfacción de la demandas adicionales de cuidados sociales
y de salud, cuidados que pueden prestarse en casa, en un centro diario, o
en Instituciones formales.
3.3 Retos de la política de empleo.
Con respecto a la política de empleo, debemos recordar el fenómeno
relacionado con el envejecimiento de la población: la disminución de la
población en edad de trabajar. Este fenómeno implica que en el futuro
no solo tendremos una parte menor de población en edad de trabajar
sino también también un decrecimiento total de la población. La mejor
manera de facilitar la transición a una población menos numerosa es obviamente
animar a las personas a trabajar hasta edades más avanzadas y
eliminar las barreras que pudieran impedírselo. Las políticas de pensiones
ya han adoptado cambios para mejorar los incentivos a las trayectorias
profesionales más largas aumentado la edad en la que se adquiere la condición
de pensionista, restringiendo las vías que facilitan las jubilaciones
tempranas y eliminando la jubilación obligatoria. Es importante resaltar
en este aspecto el potencial del empleo de las mujeres, no solo el trabajo
a tiempo parcial, sino también el empleo a tiempo completo. Las políticas
que animen a las mujeres a participar en el mercado laboral, a través de
mejores prestaciones para el cuidado de hijos ayudarán a las mujeres a
redirigir el balance entre trabajo y familia.
Debería aprovecharse el potencial del empleo de ciertos grupos que normalmente
padecen altos índices de desempleo (por ejemplo, es necesario
perseguir con mayor esfuerzo políticas para un mayor empleo de personas
con discapacidad). Asimismo deberíamos tener en mente la importancia
de la situación del empleo de la población emigrante, que también
contribuye a la fuerza del mercado de trabajo de sus nuevos países de
residencia (siempre y cuando las tasas de empleo de éstos permanezcan
altas).
En países en los que se haya abusado de posibles vías hacia la jubilación
anticipada, notablemente en Europa, ya se ha llevado a cabo una serie de
reformas para restringir el acceso formal a la jubilación anticipada (por
ejemplo en Austria, Bélgica y Francia). También se han adoptado medidas
destinadas a endurecer los requisitos para obtener prestaciones
por discapacidad (por ejemplo, en Dinamarca, Holanda e Inglaterra) y
por desempleo (Austria, Finlandia y Holanda). De la misma manera, se
ha elevado la edad de eligibilidad de percepción de pensiones tanto para
hombres como para mujeres (por ejemplo en Dinamarca, Alemania, Italia,
e Inglaterra).
De todas maneras, hay que ser cautelosos al interpretar estas tendencias.
La experiencia de los distintos países muestra que, a no ser que la
reforma sea considerable, hay un riesgo de sustitución entre las posibles vías de jubilación anticipada. Por ejemplo, la derogación de los sistemas
formales de jubilación anticipada en Bélgica y Francia ha sido contrarestada
por un aumento del paro entre personas mayores exentas de buscar
activamente un trabajo. Las prestaciones por discapacidad todavía suponen
una vía de jubilación anticipada en muchos países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Consecuentemente, la
edad de jubilación efectivaestá todavía por debajo de la edad oficial de
jubilación en muchos países de la OECD.
Un aspecto crítico en la mejora del empleo de los mayores es el punto
de vista que tienen los empleadores con respecto a su productividad:
opinan que está ligada al coste creciente de su mano de obra. Estudios
empíricos demuestran que el coste que supone la contratación de trabajadores
mayores es menor en aquellos países en los que el coste relativo
de la mano de obra de dichos trabajadores es mayor. Este fenómeno
refleja la actitud negativa de los empleadores consistente en pensar que
el coste de la mano de obra aumenta a la par que la edad, más rápido que
la productividad. Esta actitud obliga a los trabajadores a buscar una vía
alternativa y la encuentran en la jubilación. Para que las políticas públicas
destinadas a mejorar las condiciones de trabajo de los mayores funcionen,
es necesario que los empleadores superen la percepción negativa
que tienen de éstos y faciliten un mejor ambiente de trabajo en el que los
trabajadores mayores continúen mejorando su productividad. Al mismo
tiempo, las estructuras salariales rígidas en las que se premia la antigüedad
deberían ser sustituidas por otras más flexibles. Por otra parte, los
empresarios y sindicatos también tienen la responsabilidad de encontrar
maneras de restringir el incremento del coste de la mano de obra asociado
a la edad.
Asimismo se requieren cambios sectoriales de manera que cada vez
encontremos más personas trabajando en los sectores que prestan
servicios a los mayores. Se debería formar a más personas para trabajar
en servicios de salud, enfermería y servicios sociales. Esto supone un
importante desarrollo infraestructural por el que las sociedades tendrán
que pasar para poder afrontar el reto de una sociedad en proceso de
envejecimiento en el futuro. Otra manera de afrontar este decrecimiento
poblacional consiste en promover una mayor productividad de manera
que el crecimiento productivo contribuya a aumentar el rendimiento de
la población. Tenemos que adoptar la perspectiva del curso vital y pensar
dónde podríamos contratar a más gente y hacer más productivo el
empleo.
3.4 Desafíos de la política de migración.
Las sociedades en proceso de envejecimiento considerarán la captación
de trabajadores más jóvenes procedentes de otras sociedades puesto
que con ello se paliaría la escasez laboral, aunque no evitaría el envejecimiento
social puesto que el número de trabajadores requeridos para
ello sería excesivo.
Aquí reside uno de los mayores desafíos para los países europeos: la integración
de esos trabajadores inmigrantes en el mercado de trabajo y en
la propia sociedad. Con respecto a España, podemos decir que se encuentra
a la cabeza de otros países europeos. España ha sido capaz de aportar
inmigrantes (más de los previstos) y los ha intregrado exitosamente en el
mercado laboral. Si consideramos Europa como una región de la que forman
parte países de Asia Central y otros países europeos del Este, tenemos
un gran potencial del que beneficiarnos como consecuencia de la
inmigración en la región. A pesar de ello, debemos ser cautelosos porque
la pérdida de trabajadores jóvenes se produciría también en sociedades
en proceso de envejecimiento y la emigración podría suponer problemas
para algunas sociedades y soluciones para otras. Por ejemplo, en algunos
de los países de Europa del Este prácticamente una de cada dos personas
en la fase productiva de su vida profesional ya se ha marchado a Europa
Occidental o está pensando en irse. Por lo tanto, algunos países pueden
hacer frente a este problema atrayendo a trabajadores jóvenes de otros
Estados pero a su vez están generando más problemas para los países de
los que esos jóvenes inmigrantes son nacionales.
Al mismo tiempo, los desafíos de la política de migración no deberían
concebirse de forma demasiado negativa: si observamos a toda esta
región de manera global, apreciaremos que algunas de las personas que
no tienen empleo en sus propios países van a poder encontrar oportunidades
de trabajo en otros lugares y de esa manera podrán aportar
recursos a su país de origen contribuyendo a largo plazo al desarrollo del
mismo. .
3.5 Desafíos del desarrollo de infraestructuras.
El envejecimiento de la población no es algo que no podamos comprender,
y este documento aporta de manera sencilla una visión general
de las cuestiones asociadas al envejecimiento. El envejecimiento poblacional
es un fenómeno que implica una porción creciente de personas
mayores y un descenso generalizado de la población. Pero esto no es
un desastre a punto de suceder, de hecho nos está ofreciendo nuevas
oportunidades de encontrar caminos para continuar viviendo juntos.y prosperar. El mensaje principal del presente documento se refiere a
que el envejecimiento de la población puede suponer un desastre o una
oportunidad, dependiendo de cómo las sociedades en proceso de envejecimiento
se preparen para ello.
Los puntos analizados abarcan distintos campos políticos y presentan
ideas sobre cómo las políticas europeas deben cambiar en el futuro. El
fenómeno del envejecimiento de la población está ofrenciéndonos un
nuevo entorno en el que debemos ser conscientes y aprovecharnos
del potencial de las personas mayores. Se deberá encontrar una nueva
cohesión social en una sociedad en la que, recíprocamente, las personas
jóvenes y mayores vivan bien y productivamente. Este fenómeno no solo
implica desafíos para las políticas públicas sino también para el sector
privado, y existe con respecto al futuro una mayor necesidad de trabajo
en común por parte de los distintos agentes.
"La violencia a los ancianos es deshumana, pues son memoria para nuestro pueblo.En las pruebas más difíciles, los ancianos que tienen fe son como árboles que continúan dando fruto. Quienes han recibido la bendición de ver los hijos de los hijos, les toca una tarea grande: transmitir la experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo; compartir con sencillez una sabiduría y la misma fe: ¡la herencia más preciosa!" Papa Francisco
Una nueva belleza
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