El ser humano según Freud
"He encontrado que es muy poco lo bueno que hay en un ser humano.
En mi experiencia, la mayoría de ellos son basura, no importa cuál sea su creencia ética, o si no tiene creencia alguna, la mayoría de la humanidad es sencillamente basura." Sigmund Freud
Sigmund Freud murió a la edad de 83 años, fue un médico y neurólogo austriaco, creador del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del s. XX se considera que fue un hombre amargado y desilusionado. Este físico, uno de los pensadores más influenciales de nuestro tiempo, tenía muy poca compasión para la persona común. Freud escribió en 1918, "He encontrado que es muy poco lo bueno que hay en un ser humano.
En mi experiencia, la mayoría de ellos son basura, no importa cuál sea su creencia ética, o si no tiene creencia alguna, la mayoría de la humanidad es sencillamente basura." Freud murió sin amigos.
Cuenta la historia que este maestro del psicoanálisis rompió relaciones con cada uno de sus seguidores. Su final fue muy amargo. (Comentario extraído del Diccionario de anécdotas e ilustraciones)
El hombre, para Freud, no es libre. La libertad es una apariencia, porque la conducta del hombre está determinada inexorablemente por los instintos...Freud interpretaba todos los fenómenos humanos con la clave reducida del pansexualismo (todo es sexo). Todo el mundo de los valores (verdad, justicia, amor, etc.) queda reducido a necesidades ¡repulsivas y los mismos valores son sólo sublimaciones, formaciones reactivas o formas de racionalización.
Freud destruye la persona en su unidad y totalidad, reconstruyéndola con un esquema materialista, que, precisamente por lo cerrado de su materialismo, deja muchos temas sin explicar.
Esta insuficiencia será la que llevará rápidamente a la desintegración del freudismo como antropología del hombre, permaneciendo sólo en pie algunas, y no todas, de sus aportaciones médicas.
Freud explica muchos fenómenos psíquicos recurriendo a mitos, tomados como metáforas poéticas, que le sirven a manera de explicaciones de esos fenómenos.
Así, para Freud, el origen de la religión estaría en el complejo de Edipo.
Este nombre proviene del sufrimiento que le ocasiona a Edipo, en la tragedia griega del mismo nombre, el vaticinio de que matará a su padre y se casará con su madre, cosa que realmente llega a suceder, sin él saberlo.
Según Freud, el hombre, al sentirse incapaz de soportar su debilidad y su abandono frente a las exigencias de la naturaleza y de la sociedad, se refugia en una regresión infantil e inventa un Dios que le protege: se agarra a su padre, esta vez poderoso.
La religión sería, para él, una neurosis obsesiva.
En síntesis, podemos decir que para Freud lo peor de lo peor era o es el ser humano, egocéntrico, con tendencia siempre hacia lo malo, llegó a considerarlo una basura, en la cual no se puede confiar en ningún momento.
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