Nací como producto de un matrimonio rechazado por la familia de mi madre por ser mi padre un gay en el closet, cosa que mi madre no sabía y al saberlo a los 4 meses de embarazo y 5 de matrimonio se supo utilizada y engañada y cayó en una inmensa depresión, tanta que decidió morir, importándole muy poco si yo sobrevivía o no...Mi padre por su parte nunca me quiso y me abandonó al suceder la tragedia de la muerte de mi madre pues cuando tenía 8 meses de gestación, no pudo darme a luz y murió de un paro cardíaco por la hemorragia que le sobrevino al caer agredida por un perro negro en la calle, "romper fuentes" y sucumbir ante una cesárea tardíamente aplicada. Yo nací también sin vida, pero con un hilo de respiración del cual se sirvió el pediatra de la clínica para revivirme y "salvarme".Mi padre me abandonó cuando tenía yo 4 años de edad. Nacer en estas condiciones, me ha traído como consecuencias desde mis 6 años lo siguiente:
-un drama de identidad. No podía nunca explicar en la escuela quiénes eran mis padres, no sabía de dónde salieron y qué sentían hacia mi, pues quienes me criaron fueron los hermanos de mamá que expresaban la carga de responsabilidad inesperada que yo representaba, en especial mis tres tías, solteronas, pobres y muy restrictivas, que repetían con gran frecuencia
que estaban "cumpliendo con mi madre, mas no conmigo y su amor hacia mi, porque yo había matado a su querida hermana menor". Mi psiquiatra las llama "Las parcas"...
Fui una alumna brillante siempre pero nadie vigiló mi proceso educativo. Yo busqué mis becas y mis trabajos, en una absoluta sensación de soledad y no ser querida por nadie, eso si siempre deseosa de saber más mi propia historia, en especial conocer a mi padre...
"Sueño contigo desde que era chiquita", escribí a mi padre desconocido en un trabajo sobre el Día del Padre en junio en el Colegio donde estudiaba. "Hay tantas cosas que quiero saber de ti", pues en lo que respecta a mi madre ya sabía que cada Día de la Madre en el mes de
"Sueño contigo desde que era chiquita", escribí a mi padre desconocido en un trabajo sobre el Día del Padre en junio en el Colegio donde estudiaba. "Hay tantas cosas que quiero saber de ti", pues en lo que respecta a mi madre ya sabía que cada Día de la Madre en el mes de
mayo era la única de mis amigas que llevaba a su casa como regalo para ella, una rosa blanca, cuando la de todas eran rojas.Como secuelas de esa situación siempre soñaba con una familia feliz, y llegué a inventar un hermanito con el cual jugaba en mi soledad total.Luego al casarme y tener hijos, idealicé su nacimiento porque estaba al fin dando vida y no muerte,
por lo que aunque no tenía las condiciones anatómicas óptimas para hacerlo en perfecto estado, todos los 4 nacieron por Parto Psicoprofiláctico o Sin dolor, aunque eso exigía un desgaste físico en mi inmenso, pues era más por la fuerza de mi deseo y juventud que por las condiciones propicias de mi pelvis...Fui mi gran triunfo sobre la muerte...
A los 33 años hallé a mi padre luego de una búsqueda de años, pero el encuentro no fue tal vez lo que esperaba. En el Aeropuerto de Franckfort en 1983 me expresó que nunca me buscó porque nunca me quiso y que consideraba ese esfuerzo mío una hazaña inútil, porque no iba a cambiar nada de su relación hacia mi, porque yo era la causante de su desgracia, y mi nacimiento significó su desdicha...además yo maté a mi madre.Eso si me utilizó para venirse a Venezuela y huir de los controles familiares sobre su condición de alcohólico y gay, haciéndome la vida imposible por muchos años de desprecio y escenas escandalosas y terribles, pero quiso Dios que mi búsqueda espiritual llevó a feliz término la historia de nuestras vidas, al poder cerrar círculo con él aún vivo, antes de su muerte por un EPOC producto de su vida de excesos. Eso si me desheredó en vida y todo lo "mío" lo tiene el
joven con el que vivía que de heladero pasó a "hombre de dinero"...
A lo largo de los años, en mi búsqueda de identidad y sentido de la vida en solitario, sin ayuda, caminaba despacio pensando en mis recuerdos, tratando de asimilar que mi vida era una sucesión de momentos que escapaban a mi control, y que estaba inmersa en un inexplicable laberinto llevando sobre mis espaldas una gran cruz, cuya carga sólo Dios podía ayudarme y lo fue haciendo colocando personas excelentes en mi camino...
Pero pese a ello sabía que mi psiquis estaba herida, y cómo. La enfermedad física se ve, la psíquica no y eso trae consecuencias que ahondan más la soledad.
La huella del abandono
Muchas veces sobre esta huella se estructura la falsa personalidad y se determina, entre otras cosas, el código secreto de conductas compulsivas y destructivas. La falta de comprensión del hecho de haber sido abandonados, -aunque no haya sido deliberadamente- crea un vacío existencial que aísla, deprime y propicia, en ocasiones, una pérdida de autoestima y estados de angustia y confusión intensos En casos extremos se puede llegar a algo muy cercano a la fractura de la personalidad, es decir, a severos problemas psicológicos y mentales.
Si la huella de abandono permanece a lo largo del tiempo, el individuo puede desplazar ese sentimiento a personas con quienes mantiene una estrecha relación afectiva y puede llegar a crear vínculos un tanto enfermizos y co-dependientes atribuidos al temor que experimenta al recordar anteriores abandonos y separaciones. Hay mujeres que se sienten indignas de recibir el amor de un hombre por la fractura emocional que les ha causado el abandono de su padre.
La huella del abandono conlleva no solo el miedo a ser abandonado sino también el temor a ser rechazado y a comprometerse. ¿Se te hace conocido el caso de un hombre que ha estado a punto de casarse varias veces y deja plantadas a las novias casi a la puerta de la Iglesia porque ¨pensó que no era el mejor hombre para ellas”? Hay muchas maneras sutiles de crear los mismos escenarios que se temen, lo cual obviamente refuerza los temores. ¿Cómo no pensar que si mi papá me rechazó y me abandonó no van a hacer lo mismo las demás personas? Detrás del comportamiento de hombres y mujeres que no se comprometen habría que ver si no hay una historia de abandono en el que la persona en que más confiaban les fallo o se fue.
El padre es una figura tan significativa en la vida de cualquier persona que aunque se haya ido sigue vivo en la mente de los hijos e incluso en su corazón. Hay quienes lo buscan afanosamente por años, aunque no sea físicamente, alimentándose con pedacitos de información.
Otro comportamiento común entre la gente que sufre la huella del abandono tiene que ver con su sexualidad. Es curioso pero una estadística del Instituto de Paternidad de los Estados Unidos declaró que los adolescentes criados sin sus padres tienden a tener relaciones sexuales antes que aquellos criados en un hogar con ambos progenitores. Algunas niñas sin padre creen incluso que tener un bebé es la gran solución para la soledad y una medida preventiva para el abandono...Yo lo sentí así, pero nunca quise condenarlos a la ausencia de su padre, por lo que aunque nadie controlaba ni seguía mi vida para orientarme, aunque estuve en ambientes densos y liberales, me casé virgen y tuve hijos de un hombre responsable y excelente padre con el que tengo 40 años de matrimonio...difíciles si, pero la unión se ha conservado por su madurez y comprensión hacia mi disfuncionalidad real ante exigencias que el matrimonio y la maternidad traen consigo, que para mi representaban un vacío absoluto pues no sabía que hacer ante ellas, carecía de ese "código", aunque nadie imaginaba el calvario que vivía mi alma, improvisando y actuando a ciegas cuando otras madres asumían todo con mucha facilidad.
Algunas otras personas, criadas sin su padre, canalizan su furia contra él hacia una obsesión que puede ser muy destructiva. O puede ser que la ira se enmascare de tristeza y entonces desarrollen una profunda depresión...Esto último lo vine a descubrir a los 50 años, buscando la solución a unos terribles dolores en las piernas, que me acompañan desde los 6 años cuando supe detrás de una puerta la narración de la muerte de mi madre y el abandono de papá, a quien mi familia me presentó como que había muerto.
Desgraciadamente en nuestra sociedad la depresión no se atiende a tiempo siendo que da mensajes importantes sobre lo que está pasando en la vida y que necesita ser atendido. De hecho todas esas sensaciones de vacío en el alma, el sin-sentido, están ahí para avisarnos que hay que movilizar nuestros recursos internos para encontrar un nuevo significado a nuestra existencia. El sufrimiento no puede desaparecer por sí solo si antes no se lleva a cabo un profundo trabajo de psicoterapia que ayude a encontrar las causas de tal dolor para luego aprovecharse de él para crecer. Gracias al psiquiatra, supe que tibia y peroné representan a los padres y esa era la razón de mis dolores, que los médicos diagnosticaron como Fibromialgia. Aunque he hecho de todo...los dolores no han desaparecido y se disparan de forma inmediata e inexplicable ante un situación que yo sienta muy stresante.
Esa persona que padeció en carne propia el abandono de su padre pudo haberse convertido en un sujeto que abandona, sobre todo si involuntariamente se identifica con quien lo abandonó porque le adjudica atributos que tal vez no tenga pero que le resultan convenientes para explicarse su abandono. La mente y la respuesta emocional de los seres humanos a veces son tan difíciles de comprender. En ocasiones nos encontramos haciendo justo lo mismo que tanto nos hizo sufrir, repitiendo despiadadamente patrones de conducta negativos que son inexplicables.Yo trabajé siempre con homosexuales y durante un tiempo me entregué a la sección de Educación de una ONG que trabaja con el SIDA en los años 1996 en adelante, hasta que no pude más y abandoné el cargo.
La buena noticia es que la huella de abandono puede superarse, en ocasiones con un facilitador y dentro de un proceso terapéutico que tiene por objeto reconciliarse consigo mismo y con la persona que lo abandonó sin que necesariamente esté presente, volviendo a tener relaciones afectivas sanas y equilibradas y un proyecto de vida libre de heridas del pasado. Otras veces ocurre que el propio poder desafiante del espíritu se impone apelando al deseo de dejar de sufrir. Entonces es cuando se elabora la pérdida y llega la comprensión y compasión hacia la persona que abandonó y entonces se supera esa circunstancia dolorosa. A ese poder del Espíritu es al que he recurrido, y el modelo de vida ha sido
Jesús de Nazareth y su aceptación de la Cruz como medio de salvación y resurrección.
La persona que se siente abandonada puede transformar ese significado de lo que vivió en la separación y así convertirse en alguien que vive con más plenitud y confianza en la vida. Para ello hay que llegar a conocer los rasgos que forman la raíz de una personalidad que se ha sentido desamparada, con una gran angustia existencial, sin sentido de pertenencia y hasta con un severo conflicto de identidad. De lo que se trata con el proceso de la superación del abandono es justamente recuperar la identidad, en otras palabras, saber quién soy, qué quiero y hacia dónde voy, no gracias a que tuve dos padres que estuvieron conmigo en la crianza, sino a pesar de que uno de ellos, o ambos fallaron en su más importante tarea, y aún así, desear encontrar el camino de la felicidad y vivir en plenitud, con la absoluta convicción de que la vida tiene sentido en cualquier circunstancia Haber sido víctima de un abandono parecería que pone a las personas en una posición muy desventajosa y en parte es cierto. La presencia del padre en el desarrollo de la personalidad del hijo es sumamente, sin embargo no es determinante para tener una existencia feliz. El ser humano tiene la capacidad para decidir, cómo quiere enfrentar lo que le ha pasado, es decir, tiene la libertad de elegir qué postura tomar frente a los embates y carencias de la vida y responsabilizarse de esa respuesta.
El abandono puede tomarse como una condición a superar o como un hecho devastador que justifique sufrimiento y vacío existencial, eso lo decide la persona que fue abandonada. Hay personas que dicen “sí a la vida, a pesar de todo” y hay quienes deciden decir “no, a pesar de tener muchas otras cosas buenas a favor”. Es una decisión personalísima sobre la cual, sin embargo hay que hacerse cargo
La gran ayuda, los libros sobre Jesús escritos por Benedicto XVI (en latín, Benedictus PP. XVI), de nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger (Marktl am Inn, Baviera, Alemania, 16 de abril de 1927) (Papa desde 2005 hasta 2013), fue el papa número 265 de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano
No hay comentarios:
Publicar un comentario