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sábado, 16 de mayo de 2015

Entrevista al Dr. Daniel Valle Gracia, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Residencial. ¿A qué se debe el alto índice de depresiones entre los mayores?

La depresión, el trastorno psiquiátrico más frecuente en la vejez

Entrevista al Dr. Daniel Valle Gracia, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Residencial.
¿A qué se debe el alto índice de depresiones entre los mayores?
Podríamos dividir las causas de la alta prevalencia de depresión en personas mayores en dos grupos: Internas y Externas. Como internas entenderíamos aquellas que conducen al deterioro orgánico del cerebro, es decir, el propio deterioro asociado al envejecimiento, así como el causado por otras enfermedades sistémicas (hipertensión, diabetes, etc.). En diferentes estudios se ha evidenciado la presencia de sustancias (ej. IL-6) cuando la depresión ocurre en edades avanzadas, que no están presentes en otras edades. Estaríamos hablando de causas externas en todas aquellas que generan un estrés en la vida cotidiana del anciano (factores económicos, sociales, psicológicos, etc.)
En la actualidad, si bien las causas internas han incrementado sensiblemente en comparación con hace 20 o 30 años, debido al estilo de vida, cada vez más sedentario; son las externas las que han experimentado mayor aumento y relevancia, con la crisis económica global como agravante principal a la ya difícil situación social y económica que generalmente les toca vivir a nuestros mayores. Todo esto condiciona a que sean el grupo etario más afectado por la depresión.
¿Es fácil su diagnóstico?
A pesar de ser el trastorno emocional más frecuente en estas personas muchas veces pasa inadvertido y no es diagnosticado convenientemente. Por un lado, existe la creencia de que estar “deprimido” es su estado de ánimo habitual, lo que explicaría porqué el anciano presenta síntomas durante más tiempo antes de ser diagnosticado de depresión que el adulto de otras franjas de edad. Por otro lado, existen enfermedades degenerativas prevalentes en ese periodo de la vida que hacen que la sintomatología de depresión que se presentan a estas edades (que pueden incluir déficits cognitivos y síntomas psico-sociales), pueda llevar a un error diagnóstico (pseudodemencia).
¿Existe alguna relación entre las enfermedades degenerativas que sufren y la aparición de depresiones?
Si reconocemos la discapacidad que se deriva de una enfermedad como factor de riesgo para padecer depresión, entenderemos que en las personas mayores, las enfermedades degenerativas puedan acabar produciendo depresión, cuando afectan a la calidad de vida de la persona.También se ha observado que las personas que padecen un episodio de depresión con síntomas cognitivos, serán más susceptibles de desarrollar demencia en un futuro.
¿Tienen el mismo tratamiento las depresiones en personas mayores que en los jóvenes?
Si bien el tratamiento sería en esencia el mismo (farmacológico más psicoterapéutico), la aproximación es un poco diferente. En cuanto al tratamiento farmacológico, los mayores son mucho más sensibles a los efectos de los fármacos, en parte porque la eliminación del fármaco suele estar afectada en alguna de las vías (hígado y/o riñón). Por lo que la pauta de medicación empezará con una dosis más baja de lo habitual, y poco a poco se irá aumentando la dosis hasta obtener un resultado óptimo. Los inhibidores de la recaptación de la serotonina (IRS), con su máximo exponente en la fluoxetina (Prozac), son los fármacos estrella. La psicoterapia se ha mostrado efectiva aunque se requiere más tiempo de tratamiento que en individuos jóvenes (terapia de apoyo, cognitiva, de comportamiento,…).
¿Existen factores de riesgo que conduzcan a una depresión?
Diferentes estudios apuntan a un abanico de factores que podrían predisponer la aparición de depresión, pero todos coinciden en que los siguientes factores son los más determinantes: Duelo, Insomnio, Discapacidad, Antecedentes de Depresión previa, y sexo femenino.
¿Qué papel juegan los familiares de un anciano con depresión?
De entrada, destacar que se ha observado un menor porcentaje de depresiones en aquellas personas que viven integradas en un entorno familiar, respecto a los que viven en soledad; por lo que también se ha postulado la soledad como un factor que predispone para sufrir depresión. Una vez diagnosticada la depresión, la recuperación se facilita en gran manera cuando hay un apoyo familiar, y gente alrededor del anciano/a que le aporta afecto, cuidado, y comprensión.
¿Qué factores hay que tener en cuenta antes de medicar antidepresivos?
Es importante objetivar la presencia de signos que nos indican que se debe iniciar el tratamiento con antidepresivos (alteración del sueño y apetito, alteración del humor, agitación o lentitud,o síntomas psicóticos). A partir de ahí, se debe ajustar la dosis a cada persona, empezando con una dosis baja, y teniendo en cuenta todas las posibles interacciones que pueden haber con la medicación habitual que en esos momentos ya esté tomando la persona. Además deberemos valorar el riesgo-beneficio a la hora de escoger el fármaco antidepresivo en cada caso.
¿Qué señales de alerta hacen notar que un mayor sufre de depresión?
Deberán prestar atención a la aparición de síntomas como: bajo estado de ánimo, baja energía, anhedonia, pérdida de interés, trastornos del sueño y apetito, sentimientos de culpa, alteración psicomotriz, afectación de la concentración y pérdida de claridad de pensamiento. Pero, adicionalmente a estos síntomas, deberá tenerse en cuenta, la aparición súbita de un deterioro cognitivo (memoria, cálculo, reconocimiento, tareas complejas, etc.). Y también, la presencia de síntomas somáticos como fatiga, dolores articulares, dolores musculares y contracturas, cefaleas, y manos frecuentemente trastornos de la función sexual o molestias gastrointestinales.
Procedencia: http://www.news3edad.com

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